viernes, 12 de septiembre de 2014

Los Cinco. Infalible monumento a la vida




Dieciséis años atrás Ivette González solo jugaba con sus manos y empezaba a  desarrollar los sentidos del tacto, el olfato y el gusto cuando fue víctima de la aberración. Se llevaron presos a su padre y a su madre.
Creció en Cuba junto a la familia incompleta, porque René González volvió a la Isla solo después de cumplir estrictamente hasta el último día fijado en la injusta sentencia.
A Rosa Aurora Freijanes, sin embargo le fue negado procrear, elemental derecho humano, la vida le dio, por suerte otros hijos, que aunque no los llevó en el vientre siente el amor infinito. Fernando González también cumplió la absurda condena y desde este pedazo de tierra sigue en pie en la lucha hasta lograr el regreso de sus otros tres hermanos.