viernes, 29 de enero de 2016

Se hizo la luz en la Sala White!!




  Después de 16 largos años, el sueño acariciado por los habitantes de mi ciudad se hizo realidad. La Sala White reabrió sus puertas con un concierto de lujo. 
  El maestro Frank Fernández con la Orquesta Sinfónica de Matanzas (OSM) dirigida por Enrique Pérez Mesa, dejaron escuchar La Bella Cubana de José White ante un público expectante que ovacionó la pieza y recibió la entrega toda de los jóvenes músicos de la agrupación institucionalizada en el año 1962.
  Fue mágica la noche! Lo dijo el maestro Frank Fernández quien hizo de La Comparsa de Lecuona un himno de cubanía, que regaló el Tema del amor, de la Gran Rebelión “para los que se confundieron y pensaron que yo quería protagonismo. Aquí el protagonismo es de la cultura cubana y de la OSM, excelente”
 A Pérez Mesa, se le vio feliz y sonriente cada vez que la Orquesta regalaba y recibía energía.
   Morzart es aparte. El concierto para piano número 23 se escuchó optimista y melancólico, contradicciones que el vienés hizo notorias en su obra toda, y esta escrita en el año 1786 no escapa tampoco de los saltos grandes y el apasionamiento en algunos de sus movimientos. El maestro Fernández siempre que interpreta  a Mozart lo hace suyo, y la noche del 28 de enero lo reafirmó con creces.

  Palmas para los jóvenes músicos, fagotes, trompas y cuerdas. El promedio de edad de los integrantes de la OSM no supera los 25 años. La mayoría egresados del sistema de enseñanza artística de Cuba, futuro asegurado para la música sinfónica.
  La magia que envuelve al otrora Liceo Artístico y Literario de Matanzas, sitio donde proliferaba el arte, y estuvieron Bonifacio Byrne, José Fornaris, el naturalista Felipe Poey, Miguel Faílde estrenó Las alturas de Simpson,  Lola Cruz era anfitriona de los Juegos Florales, y a donde llegó Gertrudis Gómez de Avellaneda en un noviembre del siglo XIX, contagia hasta hoy.

  Con la reapertura de esta institución cultural, que trasciende la urbe de ríos y puentes, gana la cultura cubana, el público matancero ávido de propuestas inteligentes, la OSM que recupera su sede y esos músicos brillantes que tendrán la posibilidad real de superarse en cada presentación.
  La Sala White, frente al céntrico Parque de La Libertad, inmueble patrimonial, se levanta en una mezcla de arquitectura colonial y la contemporaneidad que le imprimen los murales y piezas del artista Sergio Roque. Luego de casi 16 años vuelve a abrir puertas en una jornada de conciertos que se extenderá hasta el cinco de marzo venidero.
  Corresponde al consejo asesor asegurarse que las propuestas artísticas se correspondan con la fastuosidad del lugar y no dejar espacios para la banalidad y el mal gusto, es la mejor manera de honrar su nombre.

 
 





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