lunes, 5 de septiembre de 2016

Din dila din delá… (+Fotos)


El Viti bien temprano estaba listo para iniciar el curso escolar

Antes de salir para el IPVCE

   El Viti, mi hijo menor, sin remolonear se tiró de la cama al primer llamado, en un dos por tres estaba listo para salir hacia la escuela. Es su segundo año en el Instituto Pre Universitario Vocacional de Ciencias Exactas Carlos Marx, de Matanzas, en Cuba, aunque en las vacaciones no perdió el contacto con sus compañeros y amigos de clase, ahora vuelven a encontrarse para compartir conocimientos y hasta el pan de la merienda.
  Me queda la nostalgia de aquellos primeros días cuando se iniciaba como un estudiante y lo llevaba de la mano para cruzar la céntrica calle de Milanés que conducía a su escuela primaria. Allí donde también estudió su hermano.
 
A la escuela Julio Pino Machado desde temprano se dieron cita los niños con su familia

  Ahora, por supuesto, no tengo que abrochar cordones de zapatos, ni abotonar camisas; pero estoy igual pendiente de que todo esté en orden…
  El Viti es un adolescente privilegiado, cuenta con la base material de estudio, bibliografías, profesores y las condiciones indispensables para formar su intelecto y, si se lo propone, continuar estudios en la educación superior. En unos años me traerá, igual que hizo su hermano, el título de graduado universitario.
  Hoy en Cuba se inicia el nuevo período lectivo, más de 10 mil 600 centros de la educación general abrieron sus puertas para recibir al más de un millón 700 mil estudiantes.
  Mi sobrino mayor partió temprano para la Universidad de Ciencias Médicas, a donde comenzará su preparación para formarse como estomatólogo y el otro, ya piensa en los exámenes de ingreso, pues llegó al 12 grado, en el pre universitario Enrique Hart.
En el patio de la escuela, esperando el acto de inicio del curso

  Ahora hasta donde escribo me llega la algarabía de los muchachos de la escuela primaria vecina. Los que llegan por primera vez con caritas de asombro. Todos, sin excepción, van vestidos de uniformes, limpios, calzados, bien peinados y con mochilas multicolores. Los padres y abuelos acudían a la cita del primer día para ser partícipes del acto de inicio de curso escolar.
  Todos nacieron con el derecho al acceso a la educación, yo nací con ese derecho. No puedo ocultar el regocijo al verlos correr y sonreír, algunos echan su lagrimita boba porque extrañan las costumbres de la casa, pero en unos días saldrán corriendo nada más escuchen el timbre que anuncia la entrada a la escuela.
Los niños de pre escolar ya estaban en el aula


 
Hasta el hermanito pequeño vino al inicio del curso escolar
  Cada septiembre, desde que empiezan los preparativos, constituye fiesta, dobladillos, botones, los dichosos zapatos, más o menos nuevos, unos van con zapatillas caras, otros con tenis más cómodo al bolsillo de los padres o abuelos; pero todos recibirán por igual los necesarios conocimientos para el desarrollo, para el futuro…
Se acabaron las vacaciones!
 
Como trees en un zapato...en espera de ir a las aulas
  Me abstraigo en el tiempo y respiro el aroma del perfume de mi primera maestra, aquella que ya no está en este mundo, pero siempre predijo que sería periodista. Ella con zapatos altos, leve maquillaje y un moño como peinado, se sentaba al piano y nos invitaba, con los primeros acordes, a cantar: Din dila, din dilá…din dila…
                 

5 comentarios:

  1. Qué lindo, Barbarita. Hay que luchar por esta Cuba.

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    1. Gracias querido amigo! tu y yo, y un montón de gente más luchamos todos los días por esta Cuba. Abrazos!

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  2. Bárbara..., las escuelas, el olor a tiza (sí! yo sí creo que la tiza tiene su olor), a lápices, papeles y alegría...

    Que tengan un buen año lectivo los niños y jóvenes cubanos que ejercen en toda la isla, sin excepciones, su derecho a aprender.

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  3. Mimí claro que percibo el olor a tiza, fíjate que hasta coriza me da cuando la utilizo mucho...
    Gracias amiga por tener a Barbarisimacuba en cuenta!!

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  4. ... me trajo a Barbarísimacuba el olor a tiza (jajaja)

    Mimí.
    Una maestra frustrada.

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